Esta fue mi primer carrera, hallá por el año ´81. Tenía 6 años. Junto a mi amigo Marcelo Gomez…solo corrimos. Desde el Torreón del Monje bajamos hasta la Pileta Cubierta, algo así como 800 metros de simplemente….carrera!
Todavía recuerdo algo de lo que pensaba mientras corría. Marcelo era más rápido, llegó antes que yo, pero me daba igual. Al terminar, mi vieja me estaba esperando con un gran premio: un beso y algún caramelo.
Seguí corriendo toda carrera que aparecía. Primero en el cole y después me apunté a un equipo federado; el SOIP. La pista de atletismo estaba a solo 400 metros de mi casa y eso me hacia las cosas mas fáciles. Competí en algunas carreras en la primera categoría federada que se llamaba Pre-infantiles. No sé cuanto estuve corriendo con ellos, uno o dos años. Mi amigo Dani Voglino me lo dirá mejor pero dejé, seguramente, para hacer otro deporte. Podría ser natación, rugby o basket o tenis, no recuerdo bien, que junto con mis clases diarias de ingles me absorbía toda la tarde.
A los 14 años estaba corriendo triatlones y empiezo a entrenar con “el novio de una compañera de mi hermana”…je, como suena de largo….corrí el ultimo ese año para quedarme entrenando solamente atletismo. No recuerdo si corrí alguna carrera en Infantiles pero enseguida empecé a correr en la categoría Menor. Corríamos todo: vallas, 100m, salto en largo, 400m, cross, 300m c/ vallas, carreras de calle, heptatlón, etc, etc, etc…pero la reina era nuestra 4x100m…imbatibles! (y que alguien diga lo contrario…ja!). Llega la categoría Juveniles. Vallas más altas…de 300m pasamos a correr 400m c/vallas, gente más grande…nuestra 4×100 seguía imbatible…para que a los 21 años pasar a la categoría Mayor. Creo que competí hasta el año 98…y nuestra 4×100 terminó imbatible. Nace Cati, me caso con Patri y ya no volví a ponerme los clavos.
En el año 2006 vuelvo a trotar, ya por las calles de Badajoz, con 31 años. Vuelvo a competir en la categoría Mayor pero esta vez en una Media Maratón.
Ayer corrí mi última carrera en esta categoría y también en una Media Maratón.
La carrera se hizo a 200 km de Badajoz. Me levante a las 7:45 para desayunar y disfrutar de ese momento tan especial para mí. Quería correr una última vez antes de entrar en la categoría Veteranos.
Me sentía feliz por todo lo recorrido, por todo lo vivido y aprendido en estos años. Recordaba los momentos, las sensaciones, las cosas buenas que pasé y las malas que sufrí. La gente que conocí, los amigos que forjé, algunos quedaron en ese tiempo de luchas internas y con otros seguimos compartiendo experiencias.
Las dos horas de viaje solitario fueron geniales. Afuera un frío que cortaba la piel pero el cielo totalmente despejado y el amanecer de Extremadura que cada día me encanta más.
Llego y preparo las cosas para llevarme ya que la Media largaba de un pueblo cercano, llamado Valdehuncar, para llegar en Navalmoral de la Mata. Gorro, guantes, calzas largas, camiseta térmica de mangas largas y la musculosa con el número de la carrera arriba, más todo el abrigo para subirme al autobús que nos llevaba a la línea de salida y estar esperando media hora antes de calentar. Entro en calor pensando si había decidido bien la ropa de carrera porque me parecía demasiada. Inmediatamente me dí cuenta que no. No sé a que temperatura estábamos casi a las 11 de la mañana…¿a que temperatura se congelan los charcos de agua?…bueno, a esa temperatura estábamos!
A punto de largar, como siempre me pongo en la mitad del pelotón para no estorbar a nadie que quiera ir más rápido y, a las 11 en punto salimos. El primer kilómetro, como siempre me pasa, enojado conmigo mismo por no situarme más adelante en la salida para no tener que esquivar a tanto gordo, viejo y mujeres (con todos mis respetos) que salen al trotecito.
Ese primer kilómetro fue lento por este motivo, pero estaba decidido a seguir los sabios consejos de mi antiguo entrenador, Dani Diaz,…salí a “Matar o morir”…y maté!!!
Mi táctica era simple: salir todo los fuerte que pudiera correr hasta el kilómetro 12. Sabía que hasta el kilómetro 7 iba a ser todo subida. Después seguiría un poco rompe piernas, de muchas subidas y bajadas cortitas hasta terminar con una rampa de 900 metros en kilómetro 12. A partir de ahí la ruta era para abajo. Mi marca de Media Maratón era de 1h 31min desde el año 2008 en Lisboa. Una carrera llana y con una media de 24º de temperatura.
Mi reloj me decía que venia muy rápido, mis sensaciones me decían que venía muy rápido. Ahogado desde el segundo kilómetro. Por el kilómetro 4 me junto con otro corredor. Charlamos un poco y me pregunta que marca tenia. Se la digo pero también le conté mi táctica de carrera. No dijo más nada. Me vino un dolor en el costado derecho de mi abdomen que no me dejaba respirar bien. Adopté una técnica de respiración para relajar el diafragma porque sabía que la cosa venía por ahí. Mejoré y pasé el kilómetro 5 y 6 bastante bien. Llegamos al 7 y mis piernas iban bien pero mis pulsaciones “por el aire”. Venía subiendo a ritmo de 4´ el kilómetro…no lo podía creer!!! Mi carrera sería hasta el kilómetro 12, después no sabía que iba a pasar. Confiaba en mi y mi entrenamiento.
Pasaron los kilómetros y entramos a un pueblo. Ya iba solo porque mi compañero se retrasó ¿se abrá asustado de mi táctica?. Veo el kilómetro 11 y sabia que al salir de ese pueblo empezaba la última escalada dura. Salimos y a la izquierda veo la “rampita”. Empezaba con una subida de 20 metros pero de 50º de inclinación (mas o menos..jeje!!) para agarrar la ruta hacia arriba. No se veía la cima.
Delante tenía a un pelado que venía empujando como un Medio Fondista. No pude agarrarlo en toda la subida. Llegamos a la cima y me sentía muy bien. Un poco duro pero ese kilómetro me dio 4:10. No había perdido casi nada de tiempo! Empecé a sacar cuentas ya que pasé los 10K en 41 minutos. Si mantenía el ritmo haría 1:26min. Pero quiero contarles que yo nunca corrí tan fuerte durante tanto tiempo. Mi marca de 10K es de 39:30 desde el año pasado. Pero realmente confiaba en mi.
Ahora todo lo que quedaba era en bajada…y 10 kilómetros por delante!!!
Empezamos a bajar y hay un viento de cara helado que no hizo tan fácil la bajado como esperaba. Intento agarrar al pelado y lo consigo después de un kilómetro, y comenzamos a tirar juntos. Las piernas las sentía duras y me empiezan a tirar un poco los isquios. No le dí mucha importancia.
Ya vemos a Navalmoral a lo lejos. Pasaban los kilómetros y los parciales eran muy buenos. Sinceramente, venia un poquito asustado. Nunca había corrido tan rápido durante tanto tiempo.
Entramos a la ciudad y vemos el kilómetro 17 que pasaba a lado de la llegada. Seguimos tirando juntos. El pelado me daba ánimos. La carrera seguía todo derecho cruzando la peatonal y volvía por el mismo lugar. Veo el kilómetro 18 y el del puesto de avituallamiento nos dice: “¿un poco de agua para la última subida?”. Uff! No estaba preparado para eso. Empezamos a subir ese falso llano y todavía no entendía como me seguían respondiendo las piernas, eso si, mis pulsaciones “a mil”.
Kilómetro 19 y todavía seguíamos corriendo en dirección contraria a la meta. Me sale un grito del corazón: “¿Cuándo mierda damos la vuelta”. El pelado no me respondió. Quería que acabe ese sufrimiento. A los 100 metros veo que sale un corredor de una calle. Dábamos una pequeña vuelta manzana para recorrer el mismo camino de vuelta.
Ahogado y duro sentía que bajaba la marca; una marca que no vine a buscar, solo vine a correr mi última carrera de Mayor igual que cuando empecé en el año ´81. Solo correr.
El kilómetro 20 no llegaba nunca. Es mas, nunca llegó porque faltaba el cartel. Sabía que bajaba la 1:30. Sabía que podía hacer 1:28. No lo tenía muy claro porque desde el kilómetro 15 dejé de mirar los parciales. Enseguida veo la gente, el arco de llegada y el cartel de 21 kilómetros.
Le agradecí al pelado y llegamos; paro mi reloj; mi última carrera en la categoría Mayor. Miro mi reloj: 1:26:14
La felicidad me invadió. Estaba ansioso en llamar a Patri y contarle.
Sumado a otras cosas que me estan pasando me siento feliz. Y también soy feliz por sentirme asi.
Todo final es un nuevo comienzo…y disfruto de ambos.
La felicidad absoluta no existirá pero esto se le parece mucho.