Y pasó el fin de semana…y sobreviví…con buena nota!!!
Tomándome unos mates calentitos y comiéndome un sándwich que sobró de ayer, reflexiono: -¿Esta la felicidad en los pequeños triunfos diarios caminando hacia un gran sueño? Creo que si. Hoy estoy feliz!
Sin un foco u objetivo que me motive no sería capaz de salir a entrenar diariamente, y menos estar diez horas en la calle, con toda la lluvia que te podes imaginar, porque tu entrenador te lo escribió en un plan.
Este fin de semana llovió lo que no llovía desde hace…no sé…hace 6 meses que estamos en Málaga y nunca vi llover así. El sábado tenia tres jornadas: 6 horas a la mañana, 4 horas a la tarde y 2 horas a la noche. Salvo la primera jornada, llovió a cantaros en las otras dos. Y el domingo tenia 10 horas continuadas, en donde llovió durante las 10 horas con rayo, truenos, relámpagos y todo lo que se les ocurra.
El sábado conseguí 101 kilómetros en total, acostándome a la 1 de la mañana para levantarme el domingo a las 7 y salir a hacer el resto.
El primer día pasó bastante bien. Se me hizo un poco largo por la lluvia que obligaba a cambiarme de ropa cada poco tiempo. El domingo tenia previsto parar cada 4 horas a comer y seguir rápidamente pero llovió tanto que tuve que cambiarme de ropa cada vez por miedo a alguna gripe y/o ampollas por correr tanto tiempo con las zapas y las medias mojadas. Así que de tener previsto perder 25/30 minutos pasé a perder algo así como una hora y poco, lo que se tradujo en menos kilómetros recorridos.
El domingo sumé 73 kilómetros más, así que entre los dos días salieron 174 kilómetros. YEAHHH!!!!!!!!
Todavía un poco incrédulo de haber podido estar tantas horas en movimiento con tan buenas sensaciones. Hoy solo tengo un poco de fatiga en la parte de atrás de mis piernas y la parte baja de la espalda. No lo puedo creer!
Me queda un buen reto y diez meses más de duro entrenamiento para estar en Grecia.
Aunque haya pensado alguna vez que este sueño era de locos….ayer lo comprobé ¡es una locura! Pero esta locura me trae felicidad, así que ¿donde acaba la normalidad y empieza la locura?