Es ese desafío que me empuja al límite, que me hace dudar por un instante… pero al mismo tiempo, me convence por completo de que puedo lograrlo.
Imaginarlo, planearlo y entrenarlo me llena el alma.
Eso sí, tiene que emocionarme de verdad. Tiene que provocarme esa cosquillita en el pecho que lo cambia todo.
Usamos cookies para asegurar que te damos la mejor experiencia en nuestra web. Si continúas usando este sitio, asumiremos que estás de acuerdo con ello.