Empiezo a escribir esta crónica todavía bastante dolorido y sin haber reflexionado totalmente sobre lo que pasó el fin de semana.
Estoy muy contento ya que conseguí terminar mis primeros 100 km en ruta en el tiempo que esperaba: 10 horas 04 minutos 27 segundos. Esta marca me permite enviar la inscripción para participar en el Spartathlon del 2012.
Hubo 158 inscriptos y por el control de los 42 kilómetros pasamos 92 corredores. El resto o no largaron o abandonaron antes. Yo pasé en el puesto 79. Terminamos la carrera 55 corredores y yo en el puesto 39.
Estaba muy confiado en que la terminaría, y sobre todo con ese cronómetro. Es muy difícil asegurar esto en una carrera donde hay tantos factores externos que pueden torcerla, pero yo sabía que estaba preparado para hacerle frente a cualquier cosa. Así me sentía!
Esta preparación fue muy diferente a la anterior ya que tuve muchas trabas para poder entrenar en condiciones y tener la cabeza al 100% en esto. Estaba motivado pero me faltaron horas de sueños, una mejor nutrición específica, un poco más de tranquilidad para sumergirme las semanas anteriores de lleno en mi mundo de la competición. En estos últimos meses nos mudamos de ciudad, casa y trabajo; viajando cada fin de semana unos 900 km en coche hacía que no estuviera lo suficientemente descansado para afrontar los duros retos diarios que exigía cada entrenamiento, pero a pesar de esto conseguí completar cada uno al pie de la letra……por eso me sentía tan confiado!
A diferencia de las anteriores Ultras en las que participé, esta era otra cosa. Las Ultra Maratones de 100km de ruta se hacen en circuitos de 10km, haciendo 10 vueltas al mismo. Esto facilita que puedas conseguir un mismo ritmo y lo mantengas todo el tiempo que puedas. Este circuito en especial, era un sube y baja constante. De poder mantener un ritmo…nada! No sé si había algún tramo plano; si no subías, bajabas.
También, a diferencia del resto, al dar vueltas en un circuito y saber lo que venia en cada vuelta, hacía que todo pasara por dentro tuyo. Dudas, incertidumbres, aburrimiento de las primeras vueltas, paciencia, calma, para comenzar con el dolor muscular, dolor articular, desgano, autoconvencimiento y decisión en llegar. Todo esto sin parar de correr en ningún instante.
Acá va la crónica:
El jueves por la noche salimos de Málaga con Cati para Badajoz donde cambiaría de acompañante, y seguir por la mañana hasta Cantabria. Llegamos a las 2 de la madrugada para salir al otro día a las 10 de la mañana para Santander ya con Patri.
Las 6 de la tarde y llegamos al hotel. Dejamos los bolsos y nos fuimos a buscar el dorsal. Todo muy bien y muy tranqui. Nos acostamos a las 11 de la noche para levantarnos a las 5 de la madrugada y desayunar. Venía saliendo todo genial!!!
A las 7 de la mañana en punto dan el tiro de salida….y allá vamos!!!!
El ritmo al que iba a salir era de 6 min/km, unos 10 kilómetros por hora. Me iba a costar mantenerlo pero era lo que mi entrenador me había recomendado. Haciéndole caso voy controlándome las primeras vueltas como un señorito inglés. Paso la primera vuelta unos 30 segundos más rápido, nada preocupante. Pero ya la segunda se me va 2 minutos más fuerte. En la tercera vuelvo a pasar unos 30 segundos más rápido y ya había acumulado unos 3 minutos debajo del tiempo de paso.
Empezando la cuarta vuelta me acompaña Patri. Ella tenía que hacer una tirada de 20 kilómetros para su entrenamiento de Maratón así que aprovechamos. Iría acompañado……que bien!!!…pero ya la cosa empezaba a sentirse un poquito. Esa cuarta vuelta fue mala, se me había ido el ánimo al suelo.
Lo especial de estar tanto tiempo en la ruta es que por momentos estas muy bien, y a los 10 minutos se te cae el mundo encima y todo son malas sensaciones y malos pensamientos.
Durante las tres primeras vueltas, Patri había ido colgando las fotos y comentarios en Facebook, y cuando pasaba me decía que me estaban mandando un montón de mensajes de ánimo. Me ayudó muchísimo!
Ya empezando la quinta la cosa mejoró, mi ánimo subió con la buena compañía. Sigo en ritmo y mi ánimo era bueno. Llevaba poco más de 4 minutos de ventaja sobre el ritmo. Con Patri intentado esquivar las miradas de los jueces (había cuatro controles en cada vuelta) para que no me descalifiquen por irme acompañando. La cosa se hacía divertida ya que unos 500m antes del control Patri cambiaba de ritmo para pasar delante mío, y a los 200m de pasado este control me esperaba y volvíamos a correr juntos. ja! Claro, asi terminó sus 20km hecha mierda. Entre las subidas y bajadas, y los cambios de ritmo…!!!!!
Empezaba las 6 vuelta solo y con 5 minutos de ventaja. 4h55min para los primeros 50 kilómetros.
Patri se queda en esta vuelta y yo sigo con muy buen ánimo. Llego al kilómetro 5 de la vuelta y empiezo a darme cuenta que en media vuelta más llegaría a los 70 kilómetros. Venía muy bien pero como si la mente haya entendido que llevaba casi 7 horas sin parar empecé a sentir dolores musculares, así como de la nada.
La vuelta anterior habían largado una Media Maratón por el mismo circuito y eso le dio una vida bárbara a la prueba. La gente te pasaba super rápido y nos alentaba con mucho cariño. Fue genial!
No me acuerdo mucho lo que pasó por mi cabeza durante esta séptima vuelta. Intenté relajarme, mantener el ritmo y dejar que pasen los kilómetros. Esperaba el kilómetro 75 para ver si podría apurar un poco el paso intentando llevar al pie de la letra las indicaciones de Pablo. Decidí que no, el dolor aumentaba y el ánimo caía.
Empiezo la octava vuelta pero todo iba a peor. No conseguía cambiar mi ánimo y los dolores eran cada vez más fuertes. Llevaba buen ritmo, y con los minutos que había acumulado me sentía tranquilo en conseguir la marca que había ido a buscar pero era muy difícil mantenerme corriendo, me dolían mucho las piernas.
No puedo explicar el dolor, las sensaciones, los pensamientos que pasaban por mi cabeza para empujarme aunque sea unos kilómetros más corriendo. Me acordaba de mi viejo. Me acordaba de mi tío y verlo en bicicleta conmigo. Me acordaba de las recomendaciones de mi entrenador que me dijo que la carrera empezaba cuando pasábamos los 75 kilómetros. Pensaba en Patri y lo que me dijo al empezar la vuelta: “Let it be”. Es una frase que hace un tiempo le di mucho significado……y empecé a llorar……con llanto!!!! No pasaba nada por mi cabeza. No había tristeza ni alegría, solo sentía dolor y decisión en seguir corriendo hasta el final. Eran dos sentimientos contradictorios y lo único que me salió fue el llanto.
Algunos kilómetros atrás sentía tanto dolor, pero tanto dolor que la cara se me arrugaba como sonriendo pero con la sensación contraria, y me dí cuenta que estaba pasando por un momento importante, me di cuenta que estaba rompiendo algún límite. Eso me tranquilizó y me motivó, y como si me hubieran tocado con alguna barita, empecé a aceptar el dolor, no lo puedo explicar. Sentía como que las piernas iban a explotar pero no me importó. Relajé la cara y seguí tirando. El dolor estaba pero solamente en las piernas.
Ya había pasado el kilómetro 85 y mis piernas explotaban. Hasta ese momento, con poco menos de 8 horas y media, había parado solamente dos veces a mear unos 20 segundos cada vez y nada más, así que auto negocié y llegue al acuerdo de parar a tomar agua cuando termine la vuelta. Había mucha humedad y hacia mucho calor y me merecía ese regalo.
Kilómetro 87 y las cosa dolía mucho más. Empecé a pensar de pedirle a Patri que me acompañe los primeros 3 kilómetros de la ÚLTIMA VUELTA.
Con mi nueva sensación encontrada seguía tirando y pensando en Patri……y a poco menos de dos kilómetros para terminar la vuelta la veo. La muy guacha me vio tan mal que pensó lo mismo que yo. QUE ALEGRÍA!!!!
Termino esa durísima vuelta y Patri me da una botella de agua. Empecé a caminar por primera vez después de 9 horas. Que dolorrrr!!!!! Caminamos unos 100 metros tomando agua y volví a correr esperando infinidades de agujas en las piernas pero no, fue más fácil volver a correr que parar a caminar. Cosa rara!!!
ULTIMA VUELTA!!!!!!!!!!!
Venía un minuto por debajo de la marca que en mis mejores sueños había soñado. Bajar de las 10 horas es algo que siempre quise…y me sentía capaz.
Intenté volver al ritmo, incluso intenté ir más rápido pero no pude. La decisión fue correr al ritmo de mi cuerpo. Ya me olía que no lo iba a bajar pero me daba casi igual, mi objetivo estaba en seguir corriendo.
Dolía cada vez más y estaba un poquito de mal humor, y como para redondear esto nos pasa un juez en coche y le dice a Patri que no me podía seguir. Imagínense, casi 10 horas corriendo, sin nadie a mi lado. El corredor más cerca estaba a 1 kilómetro por delante y alguno más por detrás y este pelotudo, sentado en su p…to coche me dice que QUÉ???? Durante las vueltas que me siguió Patri me venía conteniendo para no mandar a la mierda a los jueces porque necesitaba la marca certificada para apuntarme en el Spartathlon. Que me descalifiquen no era una buena opción, pero con este no pude contenerme. Algo le tenía que decir así que le pregunto que le dijo a Patri y justo pasa un avión y no le escucho y le vuelvo a preguntar. Me vuelve a contestar de mala gana y tampoco le escuché bien (en realidad sabia lo que le había dicho pero creo que mi rebeldía natural me llevó a intentar molestarle…no saben lo que costaba contenerme) y el muy idiota me dice: “no me escuchaste o no me queres escuchar”. Huuu!!!! La vida te pone a prueba y les aseguro que me mordí la lengua como nunca. Solo le pude decir, con toda la calma que te da 10 horas corriendo: “Con 10 horas en la ruta y un avión pasando como queres que te escuche bien”. Y el muy pelotudo me contesta: “A ver si te tengo que descalificar después de estar 10 horas corriendo”. Les prometo, les juro que no le insulté porque necesitaba la marca. El que ganó había llegado hacia tres horas y a la organización le molestaba que me acompañen trotando? A ver si bajaba el record mundial y no me lo podrían homologar porque Patri estuvo al lado mío unas vueltas!!!
Lo que me quedaba de vuelta corrí masticando una bronca tan mala. Quería llegar y buscar al muy imbecil y ponerle una denuncia o algo, pero mientras pasaban los kilómetros y me iba dando cuenta, la situación perdió sentido.
Llegamos al kilómetro 3 de la última vuelta. Le digo a Patri que vuelva y me dice que no, que me iba a seguir toda la vuelta. Ella había hecho ya 20 kilómetros por la mañana y quería seguirme 10 más. No le pude decir que no, bue…en realidad no pude ponerme firme para que vuelva. Estaba muy cansado y realmente su compañía me venía muy bien.
Intentaba disfrutar de esos últimos kilómetros pero seguía de mal humor. Lo que quedó de vuelta no fue muy significante. Intenté saludar a todos los voluntari@s que estuvieron durante tantas horas en el recorrido, darles las gracias y seguir aguantando la carrera.
Pasando por última vez una subida de casi 1 kilómetro todo iba a ser más fácil. Llegamos a los dos últimos y se empezó a notar el olor a llegada. Seguimos y Patri me empieza a dejar para encontrarme en la línea. Sigo solo y ya veo a gente. Veo la plaza donde la rodeábamos para pasar por la línea de llegada. Giro en la última curva y ya veo el reloj. Como calculé unos 5 kilómetros antes, no bajaba las 10 horas, pero…que importa!!!….ME VOY A GRECIAAAAA!!!!!!!!!!
Gracias de nuevo a Patri que cada vez hace más para que yo consiga mis sueños, gracias a Pablo que siempre fué y sigue siendo una guía para mi, y gracias a todos los que estuvieron conmigo a través de la red.